MI FAMILIA PUNK
Siempre he sido un punk. Con mis amigos crecimos criticando muy fuertemente al sistema oficial, postura que sigue intacta. La realidad plana y la monotonía de la gente hizo que todo lo encontráramos aburrido. El mundo punk nos daba una identidad propia y nos sentíamos en familia. Las drogas y el alcohol ayudaban a pasarlo mejor. De a poco nos volvimos drogadictos y con el lema de vida: vive rápido y muere joven; aunque a mí siempre me gustó el: vive rápido y muere viejo. Crecimos juntos y vivimos situaciones extremas. Hemos perdido amigos con el tiempo, algunos han muerto por decisión propia, pero la gran mayoría sigue ahí. A los 23 años un policía ebrio me disparó cuatro balazos. Aún tengo una bala alojada en el glúteo. Cuatro de mis amigos también fueron baleados esa noche del 8 de marzo del 2015. Después de este hecho empecé a cuestionarme fuertemente mi vida, me pregunté muchas veces por qué había sobrevivido, por qué estaba vivo, cuál es la razón de estarlo. A los pocos meses empecé a dedicarme a la Fotografía y comencé a fotografiar a mi círculo de amigos, como una forma de poder entenderme y encontrar el sentido de mi vida. Estas fotografías pretenden dar respuesta a mis cuestionamientos, descubrir qué hay en este mundo del punk y las drogas que tanto amor y rechazo me causan. PROYECTO EN DESARROLLO